Cada vez que te miro a los ojos, veo tu alma, tan lejana, tan distante, pero creo que al hablarte, al acariciar tu pelo, la acerco hacia mi, tengo ganas de quererte, de amarte eternamente, en el tiempo y la distancia, permanece el sentimiento fuerte que me unió a ti, até mi piel a tu piel, mi cuerpo a tu cuerpo, ni la distancia, ni el tiempo me ha de separar de esto que siento, aferrado a mi corazón aun están tus besos, son como sueños de una lejana noche, cada vez más difusos en imágenes, pero fuertes como el viento.
Los he dejado ser, los he dejado crecer, los recuerdos, se vienen a mi mente como fantasmas golpeando mi pecho, entren, desordenen, destruyan, si es que pueden, porque no hay olvido que pueda contra mí.

Ya no escribo, sólo siento......he de recuperar mi fortaleza como el guerrero que siempre fuí...el guerrero no ha muerto...