Kadaver Errante

Me voy lejos, para no pensar, para olvidarme de todos y de todo, en una de esas practicaré el alcoholismo un rato, puede que el nefasto brebaje ayude a mis neuronas a olvidar, recorreré mi ciudad de una punta a otra, seré otra vez un kadaver errante, arrastraré mis cadenas silenciosas por la noche, nadie lo sabrá nunca, nadie lo sabe, nadie, quisiera decírtelo todo pero no vale la pena porque no te conozco siquiera, me habría gustado tomar tus ataduras y romperlas a pedazos una por una, mis cadenas no han rosado las tuyas por eso no me conoces, el verdadero guerrero no se mide por la fuerza sino por el alma, en medio del combate, sereno, siempre firme y digno.

Dificil es expresar con palabras lo que un alma siente, después de revivir y volver a repasar todos los errores cometidos y volver a intentarlo ¿Cuándo terminará la prueba? me siento bien, pero este es un planeta muy inmenso como para estar solo, pensé en algún momento que el calvario terminaría pronto, me animé, volví a ser niño nuevamente, quería que mi corazón volviera a amar como caballo desbocado, pero cómo decirle al corazón que no resultó? cómo evitar la angustia nocturna de un corazón que desea amar, que sueña en estar acompañado, pero que despierta en la mañana y se encuentra con la fría realidad de estar aun encadenado y herido, las heridas del corazón siempre dejan una huella, ni siquiera el tiempo y el olvido las sana, soy como el guerrero que una vez herido y mutilado, en silencio se recupera, sólo quedan cicatrices, y un corazón fortalecido para la batalla.